Once upon a bustling day in an Italian café, fate intervened. Amidst the aroma of freshly brewed coffee, a Brit and an Ecuadorian found each other. They were like two puzzle pieces from opposite ends of the world, somehow fitting together in that crowded café. Despite their different backgrounds and languages, their connection was instant.

On their first date, he tried her coffee pick and hated it! But amidst the laughs and awkward translations, they forgot to swap life stories.

Then came their second date, and things got saucy – literally! At dinner, she accidentally doused him in tomato sauce! Thankfully, the restaurant was empty, but he couldn't stop laughing. That's when he knew she was the one, messy mishaps and all!

From then on, their love story was a whirlwind of adventures and questions. How could two people from opposite ends of the globe have such a magical connection? It was like they were made for each other.

And who would've guessed? Two years later, on a secluded beach in the Galapagos, he dropped to one knee and asked her to be his forever adventure partner. She was speechless, tears streaming down her face. And in that moment, amidst the laughter and the love, they knew their story was just beginning.

Érase una vez un día ajetreado en un café italiano, intervino el destino. En medio del aroma del café recién hecho, un británico y una ecuatoriana se encontraron. Eran como dos piezas de un rompecabezas de extremos opuestos del mundo, que de alguna manera encajaban en ese café lleno de gente. A pesar de sus diferentes orígenes e idiomas, su conexión fue instantánea.

En su primera cita, el probó su recomendación de café y ¡lo odió! Pero entre risas y traducciones incómodas, se olvidaron de intercambiar historias de vida.

Luego llegó su segunda cita y las cosas se pusieron jugosas, ¡literalmente! ¡En la cena, ella accidentalmente lo roció con pasta de tomate! Afortunadamente, el restaurante estaba vacío, pero él no podía dejar de reír. Fue entonces cuando supo que ella era la indicada, ¡con accidentes y todo!

A partir de entonces, su historia de amor fue una mezcla de aventuras y preguntas. ¿Cómo podrían dos personas de extremos opuestos del mundo tener una conexión tan mágica? Era como si estuvieran hechos el uno para el otro.

¿Y quién lo hubiera adivinado? Dos años más tarde, en una playa apartada de Galápagos, se arrodilló y le pidió que fuera su compañera de aventuras para siempre. Ella se quedó sin palabras, las lágrimas corrían por su rostro. Y en ese momento, en medio de la risa y el amor, supieron que su historia apenas comenzaba